“A algunos les gusta la poesía”
decía Wislawa Szymborska en un poema maravilloso, en el que se mezclan los
asuntos más inmediatos con los más intangibles.
¿Por qué será que a tan pocas personas les gusta la poesía? Creo que es
porque le hemos puesto un injusto manto de solemnidad. Alguna vez escuché a
alguien decir que la poesía es la matemática de la literatura, tal vez sea un
poco cierto, pero también es verdad que
los mejores poetas han tenido siempre el sentido lúdico del lenguaje. Quevedo debió
divertirse enormidades mientras componía sus sonetos, Sor Juana debió
regodearse en cada retruécano.
La rima no es
requisito de la poesía, pero sí es el ingrediente preferido de los niños,
porque la poesía, en gran medida, es jugar con las palabras. El niño se asombra
en la coincidencia de sonidos y en el nuevo significado que puede encontrar a
los conceptos que ya poseía. Es, además,
un ejercicio casi gimnástico para la memoria.
Aquí les dejo
algunas divertidas recomendaciones. Por
favor no se sorprendan si descubren que alguno de estos libros se vuelve por un
tiempo ese ‘consentido’ que nos piden se repita una y otra vez.
El libro apestoso de Babette Cole. Esta
es una opción fabulosa para los pres lectores, el texto breve se acompaña con
ilustraciones coloridas que muestran toda una galería de malos olores. Lo
pueden encontrar editado en FCE
Las cosas que odio y otras exageraciones de Ana María Shua. En 66 páginas, esta autora
argentina supo rimar todas esas cosas a las que los niños entre 7 y 10 años
tienen aversión, como cortarse el cabello, bañarse o recibir regalos útiles. Editado
por Alfaguara infantil, este libro es formidable para animar a los que empiezan
a leer por sí mismos, ya que el tamaño de la fuente es muy amable y cada uno de los 27 textos que lo componen es tan breve
que puede leerse en cualquier momento del día.
Coeditado por
CIDCLI y CONACULTA El pirata Malapata de Guisopete de Paropillo, es una
narración sobre un pícaro personaje y las desventuras a las que se enfrenta
después de robar un barco a la nobleza. A este pobre pirata, lo devora una
ballena, lo persiguen duques disparándole balas de cañón y hasta canicas.
Finalmente es rescatado por un velero tripulado por monjitas, quienes lo
hacen arrepentirse de todas sus fechoría. Eso sí, todo esto en rima.
Cuentos en verso para niños perversos. Seis
cuentos clásicos dan una vuelta de tuerca en este libro de Roald Dahl, editado
por Alfaguara. Aquí Cenicienta no es tan sumisa y Caperucita es capaz de hacer llorar al más feroz de los
lobos, y a nosotros… llorar de la risa.
sd
Las imágenes fueron tomadas de El libro apestoso y El pirata Malapata.
Las imágenes fueron tomadas de El libro apestoso y El pirata Malapata.
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