En la larga odisea que pasó
Ulises para volver a casa, se encontró con Circe quien convirtió a sus
compañeros en marranos. Pero el buen Hermes le advirtió al héroe y le aconsejó
para evitar el encantamiento de la maga.
“¿En qué situación habrías querido que Mercurio te ayudara, mamá? … Yo hubiera querido que me
advirtiera en una partida de ajedrez en la que me comieron a la reina con un
alfil”. He aquí una respuesta que prometí a mi hijo mayor:
Hermes,
llamado Mercurio por los romanos, es el dios que ahora llamamos Internet. Controla
la comunicación humana, distribuye los mensajes instantáneamente y por supuesto,
regula el comercio. Me parece que ya no usa alas en los pies, y pasó de ser un
dios menor a ser el dios supremo de nuestro siglo.
Internet pone
todo de cabeza cuando decide castigar a los hombres. Si la red ‘se cae’ nos parece que todo se ha
perdido. Debe ser por eso que nuestra conducta es un continuo tributo, lo
llevamos a todas partes con nosotros, en teléfonos celulares que nos permiten consultarlo
en cualquier momento. Pero ¡cuidado!, debes recordar que los dioses son
caprichosos y que mientras más poder ostentan más peligrosos se vuelven.
Te recordaré
otra linda historia de la mitología griega. El titán Prometeo amó tanto a los
hombres que les entregó un preciado tesoro que los olímpicos les tenían vedado:
el fuego. Este elemento, dada su naturaleza destructiva, estaba prohibido a los
hombres, aparentemente por precaución. Sin embargo, otro motivo tenían los
dioses; el fuego es símbolo de la razón,
así que convenía a los dioses mantenerlo lejos de la mano humana pues, el
hombre que es dueño de su razón no puede ser controlado y no teme a ningún
dios. Prometeo fue duramente castigado
por andar dándoles a los hombres lo que no debían tener, pero su sacrificio le
dio a la especie humana la libertad.
Tal vez Zeus
haya buscado la manera de recuperar el control del fuego e invistiera a Hermes
de sus nuevos poderes para conseguir su propósito. No sé, hijo, creo que en estos tiempos hay que tener cautela con Mercurio y sospechar de él, asegurarse de que sus consejos son en favor nuestro. En cambio te diré que me gustaría que fueras heredero de
Prometeo, que recibas el fuego creador y te apartes de su uso destructivo, que
seas libre y no sucumbas al encantamiento de dios alguno.
sd
Lindo, lindo y la mejor herencia: la razón.
ResponderEliminar