agosto 15, 2014

Boy, la historia de un futuro escritor

Haber viajado al extranjero, vivir en un departamento de 2x2, con días nublados, lluviosos y fríos, además de no conocer el idioma fue para P una experiencia traumática.

Como una manera de animarlo retomamos la rutina que teníamos en casa: el baño, la cena y la lectura.

El libro digital fue la salvación, pues pudimos adquirir libros en español.

Así pues iniciamos la lectura de Jaime y el durazno gigante (Dahl, 2005, Alfaguara), pasamos a Charlie y la fábrica de chocolate (2004), intentamos leer Las brujas (2004) pero la historia causaba un cierto grado de tensión, así que pasamos a Matilda (2004) (todas ediciones de Alfaguara en digital).

Cuando habíamos terminado encontré el libro que presentaba la autobiografía de Roal Dahl (Boy, Relatos de la infancia, 2004).

En este libro, Dahl, relata su paso por la educación institucionalizada y cómo la mayoría de los docentes que lo rodearon basaban sus acciones en la desconfianza, consideraban que el niño no quería aprender, que mentía de manera constante y que siempre se guiaba por impulsos que lo alentaban a hacer daño. Leímos relatos que bien parecían una película de terror: profesores que no amaban a los niños, directores que azotaban los traseros, acciones de saña, miedo y cero amor en las escuelas. 

Lo bueno de su vida fue siempre la presencia amorosa y comprensiva de su madre y sus abuelos. Su madre es quien lo impulsa en todo aquello que él quiere lograr como lo fue conocer África, viajar por el mundo y finalmente, escribir.

Vivió una escuela con temor, pero una vez que fue libre de ella continuó con la exploración que su curiosidad promulgaba. Terminó siendo escritor por un encargo y yo creo que también por catarsis. 


Como lo he mencionado en una entrada anterior, sus historias han puesto en alerta a los conservadores. Dahl, no ha  temido incluir en sus relatos castigos implacables para niños malosos y para adultos ventajosos.

Puedo afirmar que P le debe su salud emocional, de ese año en el extranjero, a las peripecias por las que Dahl lleva a sus héroes y los castigos a los que somete a los villanos, pero sobre todo a la muestra que brinda en su propia historia personal, al sobreponerse a los duros profesores que lo acompañaron y cómo, vivió para contarlo. 


dfcg

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