julio 19, 2012

Comer y Leer



Aprovecho el pretexto de las vacaciones para hablar de ciertas diadas que me parecen interesantes. Empiezo hoy con: COMER Y LEER. En un ejercicio de asociación lo primero que pienso es lo siguiente: me encanta comer y me encanta leer ¡ahí está! actividades disfrutables, eso es lo que tienen en común.

Luego pienso un poco más y vienen a mi mente ciertos recetarios, leer para comer, es decir palabras que me ayudan a crear un platillo, ¡vaya deleite! Seguir las páginas de un recetario, pasar los dedos enharinados por encima de la lista de ingredientes, pensar y tratar de recordar si ya pusiste el ingrediente o todavía no, la imperiosa necesidad de seguir en orden las instrucciones, la lectura desbordada de los pasos para amasar, sancochar, hornear o crear todo un nuevo engendro en la cocina. Sí, definitivamente comer y leer para mí tiene que ver con cocinar, con los recetarios heredados y las recetas ilegibles, con las tradiciones culinarias y el placer de crear.

¿Qué más hay entre la comida y la lectura?, platicar de libros entre comensales es una delicia doblemente disfrutable, hablar de libros puede hacer que se nos haga agua la boca al imaginar una buena lectura, leer puede dar hambre (en mí caso particular, mucha), un cuento o novela con un personaje que cocina también nos deleita y nos antoja, ciertos ingredientes aunque sean leídos pueden causarnos repulsión o de plano hasta quitarnos el hambre.

¿Comer y leer al mismo tiempo? Me declaro total, completa y absolutamente incompetente, las veces que lo he intentado mis libros terminan llenos de manchas de grasa, decorados con alguna salsa misteriosa o como albergue de moronas clandestinas, confieso que envidio tremendamente a aquellos que con toda calma comen (lo que sea que estén comiendo) y siguen sin problemas la trama de lo que leen. Yo en cambio o como o leo, nunca las dos cosas al mismo tiempo ¿y ustedes?

cj

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