julio 25, 2012

La novela negra mexicana

Inicié mis primeros pasos en la novela negra (sin saber que esa categoría existía) con Asesino solitario (Mendoza, 1999), historia que planteaba la tesis que un candidato presidencial de México sería asesinado en Culiacán. La novela está escrita en primera persona, narrada debajo de un puente que cruza el río Humaya, todo lo descrito tiene que ver con la cultura sinaloense en especial con lo que ocurre (ha ocurrido y quizá ocurrirá) en Culiacán (la capital del Estado).

     Dicha novela me la leí en un santiamén y entonces busqué otras del mismo autor. Fue entonces cuando encontré Balas de Plata (Mendoza, 2008), donde el protagonista -"Zurdo" Mendieta (yo creo que su alter ego)- es un policía de la ministerial un tanto ocupado por los asesinatos, tan comunes y constantes, de una ciudad con mucha riqueza económica y poca cultural.

     A esta lectura le siguieron, Efecto Tequila, Cóbraselo caro, La prueba del ácido (Mendoza, 2004; 2005; 2011), es decir casi toda su producción literaria (curiosamente me falta El amante de Janis Joplin que desapareció de mi librero).

     Sus novelas describen asesinatos, el mundo del crimen mezclado con las altas esferas sociales y políticas. Su escenario es la ciudad de Culiacán y algunos puntos de Mazatlán, ambientes de tráficantes de drogas ilegales desde la década de los 60's. La narrativa es vertiginosa pues Elmer Méndoza (1949-) pone en papel los diálogos, los pensamientos, las descripciones usando para separar una idea de otra comas y puntos, no recurre ni a los guiones y en pocas ocasiones usa el recurso de la cita.

     Leer a Elmer (me gustaría poderlo tutear y citarlo en el café Miró, como lo hace Mendieta, para escucharlo hablar o mejor aún, conseguir que me diera su taller literario en línea y de "a grapas") requiere de entrenamiento, es necesario que la decodificación del texto se realice de manera distinta, tal como sucede cuando lees a Saramago, por ejemplo. Leerlo es preguntarse qué parte de la historia es verdad y cuál imaginó (¿imaginó algo o sólo describe la realidad?), leerlo es pensar si en algún momento  -en especial viviendo en este México violento- verás descrito algo que te sucedió o le pasó a una persona cercana, leerlo es comprobar que en México, incluso en un lugar de tan bajo índice lector, pueden surgir escritores de calidad y talla internacional.
 

dfcg

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