junio 18, 2012

Un domingo con los dinosaurios


Es una hermosa narración del padre de dos niños, quien se queda a  cargo de ellos, mientras su esposa debe ausentarse por un día entero. Al inicio de la narración opina que ser ama de casa no sólo debe ser fácil sino que incluso debería ser divertido; sin embargo sus planes de domingo se ven interrumpidos por infinidad de incidentes y de circunstancias que no había tomado en cuenta.
No había considerado que pudiera enfrentarse a que el magnífico desayuno que preparó no fuera bien recibido, no había imaginado que su hijo menor tuviera “sus propias ideas acerca de como comer paletas”. En su domingo perfecto no se le había ocurrido que un padre a cargo tiene que enfrentar pleitos por juguetes. No se consideraba capaz de dar una bofetada a su hijo mayor, y no tenía idea de lo complicado que podía volverse cumplir una promesa.
Este narrador, nos recuerda que cuando nos convertimos en padres seguimos llevando dentro los hijos que fuimos y que muchas veces aquello que criticamos de quienes nos criaron, son los errores que repetimos. La esperanza resulta de la necesidad de conocer y comprender, como le sucede al hombre de esta historia cuando descubre que, no solamente no sabe nada sobre dinosaurios, sino que tampoco sabe tanto como creía sobre cómo ser el padre que anhela ser.
A propósito del día del padre, va esta recomendación y de paso un reconocimiento a esta nueva generación de papás que entraron a la sala de partos, que han cambiado pañales, que han ayudado en las tareas y que, en general, han hecho un esfuerzo por ser y hacer más.
El texto es de Marie-Aude Murail y las maravillosas ilustraciones de Juan Gedovius. Por cierto, les dejo aquí una breve entrevista"La lectura es un acto de libre placer", en la que este magnífico ilustrador mexicano, nos cuenta un poco de su experiencia siendo un padre que comparte la lectura con sus hijos.
sd

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