junio 27, 2012

Palabras, palabritas, palabrotas

Cuando llega un bebé a la familia se le comienza a platicar desde el momento mismo en el que toma una bocanada de aire. Las primeras palabras tratan de ser suaves, cariñosas, alabándolo. Luego se pasa a explicarle en voz clara y alta qué se le está haciendo o a dónde se le va a llevar. Cuando los meses lo permiten y su fuerza es mayor se le piden cosas, se le dan cosas, se le hacen señas y se le indican órdenes.

Las palabras rodean al ser humano, por lo menos en la familia que me tocó nacer, desde el vientre y hasta la última exhalación.

Por lo anterior, mi conclusión es que las palabras son amigas, forman parte de la vida y al escribirlas son liberadoras.


Como parte del proceso de aprender a escribir mi papá ensayaba conmigo mientras respondía su crucigrama semanal, pidiendo "una palabra que inicie con C", "piensa en una palabra que tenga x". Yo lo veía gozarse al realizarlo, intercambiar opiniones con mi madre y presumirle a mi tía que había podido completar alguno.

En casa las palabras las saboreamos, las deletreamos, las rimamos y siempre andamos fijándonos en ellas. Y creo que al hacerlo estamos heredando (en vida) a nuestro hijo el gusto por ellas.

Me he aficionado a un juego digital llamado Apalabrados, es una imitación del famosos Scrabble y el rol se repite, ahora soy yo quien hace comentarios como "una palabra que termine en s", "qué palabra se les ocurre que pueda llevar una y en medio". El reto es agradable y un reforzador positivo enoooome cuando encuentro colocar algunas letras difíciles o cuando termino por formar palabras dobles.

Si eres amigo y amiga de las palabras seguro las buscarás donde sea... incluso en los libros.

dfcg

No hay comentarios:

Publicar un comentario