julio 18, 2012

Dos para adolescentes o para adultos que adolecen

Trabajo con adolescentes. Lo hago desde hace 18 años. Cuando inicié, a mis 22 años, me sentía todavía una de ellos, solía confundirme entre los jóvenes de 15 a 18 años, vestía como ellos, mis gustos musicales, de cine y de televisión no diferían, de hecho muchos de mis actuales (y profundos) amigos pasaron por esos primeros años de mi trabajo en aulas. La diferencia entre ellos y yo (además de la edad, claro) era nuestro gusto por la lectura.

En Sinaloa, la gente lee poco, los jóvenes no son la excepción (espero esa tendencia se esté revirtiendo), mientras yo me iba a La Ley (supermercado regional) a buscar un domingo por la mañana libros, ellos -mis alumnos- estaban organizando su visita a la playa, pensando qué verían en el cine o con quién irían a "dar la vuelta".

Ahora, 18 años después, comparto lecturas con mis alumnos y en algunos casos, selecciono de los libros que más les están interesando a ellos. Tal fue el caso de los dos últimos libros que he disfrutado: Correr o morir (James Dasher, 2010) y los Juegos del Hambre (Suzzane Collins, 2009).

En ambas historias los protagonistas son adolescentes, en ambas los adultos han destruido la esperanza para ellos por tanto, son ellos quienes tienen que buscar salvarse, sobrevivir, salir adelante. Son inteligentes y se las ingenian para engañar a los adultos y librarse de aquello a lo que habían sido destinados por los adultos.

Leyendo ambas novelas me ha rondado preguntas como: ¿será qué lo narrado por los autores es la recolección de las sensaciones que albergan los adolescentes actuales?, ¿acaso su vida no tienen sentido, tienen tantos satisfactores, que lo que rebelan los altos índices de venta de estas novelas es la sensación de -al menos en la fantasía- librar batallas, saber vivir con poco y salir victoriosos?

Quizá valga la pena llevar a cabo una investigación al respecto, quizá ya existan resultados de investigaciones que nos brinden respuestas sobre estas inquietudes. Lo que hasta el momento puedo afirmar es que las novelas donde los protagonistas adolescentes viven aventuras que los ponen al borde de la muerte, que libran batallas y son insurrectos de las leyes adultas, resultan un buen e inocente escape a las fantasías de los jóvenes de todos los tiempos.

dfcg

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