marzo 15, 2013

¿repetir? ¿memorizar?



Últimamente aprender algo de memoria por repetición es visto como un sacrilegio educativo, las nuevas corrientes pedagógicas buscan que el aprendizaje sea “significativo”, es decir que se engarce con lo que ya sabíamos y sea aplicable a la vida, la idea es que cada individuo construya el conocimiento y no solo memorice y repita como perico.

Abogo por el conocimiento de fondo y por aprender desde lo previamente construido, sin embargo no condeno la memoria y tampoco la repetición.


Todo lector que se precie de serlo tiene que ejercitar constantemente la memoria, una novela implica que recordemos lo que va sucediendo en la historia; los nombres y vidas de diversos personajes, las ciudades y escenarios, un ensayo se engrana a través de la memoria en nuestros juicios y prejuicios sobre el tema, el cuento juega con nuestra memoria al presentarnos situaciones extraordinarias o inesperadas y la poesía nos remite a nuestros primeros juegos con el lenguaje, todo ello es memoria, sensorial y lingüística.

El último año he constatado el poder de la repetición pues mi hija de tres años cuando descubre un libro que le gusta lo quiere escuchar hasta hacerlo suyo. Primero lo escucha calladita observa las ilustraciones y danza con las palabras, después de varias lecturas comienza a paladearlo pronuncia bajito y para ella las palabras que se avecinan, luego empieza a memorizar frases y después de muchas lecturas se avienta a repetir una y mil veces todo el texto, cuando esto sucede el cuento ya es de ella, en este momento el libro ya no importa pues el cuento ya está dentro de ella y lo cuenta y repite encantada a la menor provocación, a veces regresa a las ilustraciones para deleitarse narrando.


Entre memoria y repetición se va haciendo de palabras, porque repite muchas cosas que no entiende y las memoriza hasta el momento en el que las escucha en otro contexto y entiende su significado. Al principio yo intentaba explicarle los términos que desconocía, luego me di cuenta que eso le restaba emoción al cuento además de que mi explicación no servía de nada porque se perdía entre la historia y las ilustraciones, ahora la escucho feliz repetir (a veces) como perico, porque también se goza con la textura y los acordes de las palabras.

Yo recuerdo con cariño algunas poesías que me tuve que aprender de memoria cuando estaba en primaria, las memorizaba y repetía muchas veces sin entender su significado, mismo que llegaba en oleadas y que hoy me trae buenos recuerdos.

Y ustedes ¿repiten?, ¿memorizan? O nada de eso…
Nos leemos
cj

Las imágenes son de algunos de los cuentos que mi hija se ha aprendido de memoria.

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