marzo 01, 2013

Domador de ...palabras

Una de las acepciones de juglar de acuerdo a la Real Academia de la Lengua es  la de un "hombre que por estipendio o dádivas recitaba o cantaba poesías de los trovadores, para recreo de los reyes y de los magnates" (RAE, 2013). En nuestras clases de Español de la primaria solíamos imaginarnos a un señor disfrazado que iba con su instrumento de cuerdas cantando y recitando aventuras de caballeros todo en verso y acompañándose de la música que él mismo producía para completar sus poemas.


Creo que casi todos nos imaginamos que andaban por ahí en las plazas y cuando eran muy buenas las historias, los rumores de fama llegaban a oídos reales y entonces eran invitados a los palacios para deleite de los de "sangre azul". Muchos de los juglares se volvían famosos por aderezar sus historias con charlatanería.

Ahora podríamos hablar de los cuentacuentos, reconocidos éstos por ser quienes narran historias en público. Si reciben retribución económica o no, no suele ser una característica esencial pero sí, la de disfrutar el hecho de captar la atención de un grupo de personas que lo escuchan y retroalimentan con comentarios, gestos y diversos sonidos.

Ambos, juglares y cuentacuentos, tienen en su sustantivo una cierta carga de ser quizá mentirosos o exagerados. Frases como "qué cuentero eres" (para designar a alguien que está exagerando o incluso engañando), "eres un cuentista" (para indicar que inventa historias) nos da una muestra de esta inclinación inconsciente de la masa poblacional.

Es por ello que en últimos tiempos y como una forma de revalorar esa digna labor se ha empezado a nombrar a quien cuenta un cuento en público como narrador oral o animador de cuentos. 

Sea el nombre que sea, cuando nos gusta escuchar historias (ciertas, falsas o mitad y mitad) nos sentaremos a degustarlas pues finalmente y como dice Pablo Albo en su página personal el arte de un cuentista consiste en: ser un domador de palabras.

Pablo Albo domador de palabras: 
Las somete todos los días a un curioso 
 y exhaustivo entrenamiento. 
Las amontona, las ordena así o asá, 
les hace hacer torrecitas, 
les redobla las esquinas, 
 les lima los adjetivos, 
les ajusta el punto de mira...

dfcg
Solía ser cuentacuentos, cuentista y narradora oral pero su meta, su gran meta es convertirse en una domadora de palabras y por ende de historias.

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