septiembre 17, 2012

La letra con teatro entra.



El teatro se ha asociado a la enseñanza desde sus inicios. A través de él se ha adoctrinado en los intereses y valores de las épocas. También, algunas veces, ha enseñado sobre educación. 
Un día como hoy de 1965 murió  el dramaturgo español Alejandro Casona. Según cuenta en su autobiografía, fue hijo de maestros, el cargo público peor pagado en España;  así que  vivió una niñez muy modesta. En vista de que el matrimonio no tenía trabajo en la misma localidad, tuvieron que vivir separados, repartiéndose a los hijos por temporadas.
A pesar de las dificultades que sabía que tendría, Casona heredó la vocación de sus padres,  estudió Pedagogía y se convirtió él mismo en maestro de educación primaria. Pero había otra vocación igual de intensa, que empezó a descubrir muy joven,  cuando leyó a Calderón de la Barca: 
 “El primer libro serio, que me deslumbró, fue La vida es sueño, de Calderón, que tenía mi padre en una vieja edición. La guardaba como un tesoro, con miedo a que sus hijos la alcanzáramos. Aquel libro me daba la sensación de que debía tener algo prohibido, algo extraño; pero no tenía nada de prohibido. Era, sencillamente, una buena edición que no quería que tocáramos”. http://www.alejandro-casona.com/vida.htm
 Más tarde cuando por primera vez fue espectador de una obra, le pareció que aquello era lo más maravilloso que había visto en la vida.  Encontró entonces  la manera de combinar sus dos pasiones y se dedicó por años a dirigir una compañía  ambulante que iba de aldea en aldea, llevando teatro a niños y comunidades campesinas.
En una época donde la creencia generalizada de educación se resumía en el aforismo “la letra con sangre entra”,  Casona escribió Nuestra Natacha (1935). La heroína de la historia es portadora de los ideales del autor. Fue un completo escandalo que sacudió las conciencias.  Denunciaba el castigo de los reformatorios juveniles y mostraba la esperanza en la verdadera educación.
Tal vez, 47 años después de su muerte haya lectores que lo encuentren demasiado romántico. A algunos nos sigue inspirando y lo recordamos releyéndolo. Si ustedes todavía no lo conocen hoy puede ser un buen día para hacerlo.


sd

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