octubre 15, 2012

La verdad del cuerpo.



La salud es un tema para padres. Claro, cuando uno sostiene a su bebé en los brazos por primera vez, se da cuenta de la fragilidad de ese pequeño ser que es, desde ese momento y hasta que él sea autónomo, responsabilidad nuestra.  Entonces nos ocupamos de encontrar un médico de confianza y lo llevamos a consulta para los chequeos de rutina y cuando observamos que algo no anda bien con su salud.
Deseamos, por supuesto, que estén saludables y nos preocupa que estén enfermos. Es frecuente que otorguemos la máxima autoridad a los médicos, que son los expertos en el tema de salud. Aunque quizá, valga la pena detenerse un momento a pensar de qué manera consideramos la enfermedad. 
Dicen los homeópatas que la medicina alopática trata la enfermedad y sus síntomas, mientras que la homeopatía trata al enfermo. Los alópatas dicen que la homeopatía sólo puede encargarse de algunas pocas afecciones menores y, con desconfianza, advierten que lo serio no se puede descuidar ‘con chochos’.
Pero ¿qué es la enfermedad?, ¿es un estado transitorio?, ¿es un lenguaje que usa el cuerpo para expresar algo más?, ¿es normal que los niños estén enfermos? ¿Por qué nos angustia la enfermedad? Personalmente he encontrado razones para no creer plenamente en lo que dicen los expertos. Michel Foucault, el audaz y agudo filósofo del siglo XX, criticó fuertemente el poder ejercido por la clínica y en general por las instituciones. Poder otorgado y reforzado por  las personas que  no somos especialistas.
La mayoría de los padres no estudiamos medicina pero, tenemos la responsabilidad de la salud de nuestros hijos; así que vale la pena observar, averiguar y entender lo mejor que podamos, antes de decidir y concentrar el poder de curación en uno u otro medicamento. Finalmente nuestros hijos tomarán el que hayamos decidido darles, porque somos las personas en quien ellos confían y de quienes esperan, naturalmente, amparo y protección.
Hace unos días, en la librería,  llamó mi atención un libro: El cuerpo nunca miente. No conocía a la autora pero el título y la contraportada me prometieron mucho. Alice Miller, http://www.alice-miller.com/index_es.php ahora sé, fue una polaca,  que estudió e investigó la infancia y las causas de las enfermedades originadas inconscientemente en esa etapa.  La franqueza con la que está escrito este libro, hace que sea fácil explicarse por qué su autora es un personaje polémico y seguramente incomodo para muchos.  
A partir de las biografías de grandes personajes de la Historia de la Literatura, señala los extremos provocados por el cuarto mandamiento.  El haber honrado a sus padres ciegamente y sin cuestionamiento, acusa Alice Miller, costó a famosos escritores como Dostoievski, Chéjov, Kafka, Rimbaud, Proust, Joyce, Woolf, entre otros;  la salud y la vida.
El mandato ha sido transmitido por la tradición y la cultura ha validado el maltrato. Enfermedades como el asma y la depresión, son hoy en día consideradas hereditarias. ¿Habrá de verdad un gen indeseado que pasa de generación en generación… o será posible que, las conductas que sufrimos de niños las repetimos, porque no conocemos otra manera de ser padres más que la que aprendimos de los nuestros?.  La búsqueda de la consciencia puede ser un camino largo y difícil; ser padres es una buena razón para iniciarlo y significa la oportunidad de romper círculos viciosos.
He escuchado  (y quizá también creído) que la nuestra, es la última generación de hijos maltratados y la primera de padres maltratados.  Habrá que reflexionar qué cosas consideramos un trato malo. En las respuestas más próximas pensaremos en gritos y nalgadas, pero tal vez podamos ir más hondo e incluir en la lista otras acciones con las que podemos ignorar las necesidades de nuestros hijos o, por el contrario,  sobreatenderlas.  Los niños necesitan amor, necesitan saber que lo tienen de sus padres de manera incondicional. Si crecen con esa seguridad no necesitarán ningún mandamiento que les obligue a amar; amarán porque eso fue lo que aprendieron y su cuerpo dirá la verdad.

Esta esdrújula les desea que tengan una buena semana en la que gocen de salud y del amor de sus hijos. Les aconseja también que si deciden tomar la recomendación de lectura, lo hagan en dosis bajas, porque es fuerte y la mente puede tardar en asimilarlo.

sd

1 comentario:

  1. Éste libro está en mi mesilla de noche, es decir espera a ser leído y por lo que narras me invitas a hacerlo.

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