octubre 23, 2012

Una lectura pública, un cuento chino y un duende niño.



En octubre hay una ciudad mexicana que se convierte en una fiesta. El festival Internacional Cervantino, desde hace 40 años, convoca a una celebración de la cultura. Esta esdrújula visitó Guanajuato en el fin de semana de la clausura.  Fui acompañando un proyecto escolar que comenzó hace cuatro años y que ha ido tomando forma. Un grupo de adolescentes y maestros  que hacemos lecturas públicas. Me entusiasmó muchísimo compartir este momento con mis alumnos, porque es una buena manera de homenajear a un escritor que fue leído, primero que nada, en voz alta… en las plazas públicas.  

Foto de Jesús Moreno.
Durante el tiempo que nos quedó libre, dimos algunos paseos por esa asombrosa ciudad que tiene  la magia de transportar a otra época. En una plaza vecina a la de San Roque, esa donde se presentaron por primera vez en nuestro continente entremeses de Cervantes, encontramos un paralibro y aproveché para leer  un poco de La largueza del cuento corto chino, compilado por José Vicente Anaya y editado por Almadía.  En Las palomas de regalo, un monarca  disfruta de recibir palomas, como regalo en su cumpleaños, por el placer de liberarlas; hasta que un día, alguien le hace ver que sus súbditos, en la empresa de atrapar las aves con que le obsequiaban, mataban inevitablemente a otras. 

Nos dio tiempo también de ver una presentación del grupo Bandula, que hace música para niños con  sonidos americanos. El güije, según explicaron al público, es el duende niño responsable de nuestra risa. Para ver video aquí.



Regresó conmigo un regalo. No era una paloma, era una playera conmemorativa talla 8. Cuando  entregué el obsequio a su destinatario, expliqué que en la imagen se ve a Don Quijote, un personaje del que luego le contaría la historia. René observó la imagen, leyó el texto y me preguntó por qué la playera no dice el nombre del personaje.  Eso es porque es tan famoso que no hace falta escribirlo, todo mundo lo conoce.  ¿En serio?  – se asombró -  ¿también mi maestra lo conoce? Sí, también –respondí yo-  Y él, muy contento, decidió estrenar su regalo para comprobarlo de inmediato.
Los dejo ahora, esperando que durante la semana  se encuentren con frecuencia al güije. 

sd

1 comentario:

  1. que buena oportunidad de regresar al pasado, de hacer historia presente y dejar huella .....

    ResponderEliminar